TENGO UN CÓMPLICE

Desayuno: ----
Almuerzo: ----
Comida: aún a la plancha, 4 patatas fritas y un café solo
Merienda: ----
Cena: Barbacoa con los amigos


Hola Bellas!
En un momento de desesperación, tras estar con Mía y no poder dejarla de ninguna de las maneras pensé que lo mejor sería contárselo a mi novio. Tener un cómplice para que pueda ayudarme.

Cuando le conté lo de mis vómitos me escuchó y me dijo que no pasaba nada, que no se lo contaría a nadie, que él me quiere como soy, y que simplemente le prometiera que intentaría dejarlo. Yo le respondí que la única manera de dejarlo es comiendo más sano y en menos cantidades para no sentirme hinchada y no tener ganas de ir al baño a tirarlo todo. Me dijo que lo comprendía.

También le explique que si me pego un atracón intentaría no comer o no cenar ese día para compensar, en vez de recurrir a Mía. Lo que más me sorprendió fue su respuesta, "no quiero que vomites, pero me da igual si te saltas alguna comida". Dice que el también se salta comidas cuando está hinchado, o no tiene hambre o simplemente quiere dormir porque está cansado.

Que él no ve mal que deje de comer menos porque quiera perder peso, lo que ve insano es que vomite. Dice que cuando termine mi régimen que me enseñe a comer sano sin excesos.

Mi gran temor era contarle que vomito y que sintiera asco sobre mi. Me armé de valor y se lo pregunté "¿Nene, te doy asco?"; y me respondió: "No cariño, tu nunca me podrías darme asco, eres preciosa". ¡Lo quiero más.....!

Y a todo esto yo me pregunto, quizás la sociedad vea mal vomitar, pero no vea tal mal el dejar de comer. Millones de mujeres que nunca han sufrido trastornos alimenticios dejan de comer durante algún tiempo o hacen ditas, o comen en menos cantidades, solo para bajar esos quilos de más, hacen su operación bikini, jeje. No lo ven mal, y no tiene ni idea del mundo de Ana y Mía.

Yo no se si soy Ana, Mía... Solo sé que la primera vez que vomité tenía 13 años, que quiero dejarlo. Quiero perder peso y sentirme bien y guapa. Eso no quiere decir, ni que me vea gorda ahora, me veo rellenita; ni que quiera llegar a estar en los huesos, solo quiero sentirme bien.

Ana y Mia solo son sustantivos que tenemos para comunicarnos, son tecnicismos en este argot de trastornos alimenticios. Aquí me siento bien, me siento como cuando hablo con mi novio. Estoy agusto porque he conocido a chicas en mi situación, con unos cuantos kilos de más, que solo queremos ver resultados rápidos y después en nuestra fase de mantenimiento aprender a comer sano y no recurrir a Mía nunca más.

Vosotras me apoyáis y me levantáis cuando me caigo. Admiro a las princesas que no se llaman gordas, que van perdiendo peso poco a poco y admiten que se ven más delgadas. Eso quiere decir que no tienen una distorsión de la realidad. Esto es lo que pienso, esto es lo que ronda por mi cabeza después de la conversación que tube con mi novio. Más justa y sincera no puedo ser con vosotras. Gracias por estar ahí.